La mayoría de las baterías domésticas utilizan tecnología de fosfato de hierro y litio, lo que las hace seguras y fiables. A diferencia de las baterías de iones de litio convencionales, no tienen riesgo de ignición, pueden soportar temperaturas más altas y duran más. Además, estas pilas son reciclables en un 99%, lo que contribuye a un futuro sostenible.